El Design Thinking surgió en la década del 70, en la firma de Silicon Valley Ideo, de la mano de Tim Brown.

Esta metodología es lo que se conoce como pensamiento de diseño, es decir la forma de proceder mediante el diseño para generar soluciones a las necesidades de los usuarios. 

El Design thinking se realiza por etapas, las cuales no son lineales, en cuanto a que se puede retroceder, avanzar, y hasta saltar etapas cuando se lo considere necesario.

Una de las etapas de este procedimiento consiste en recolectar toda la información pertinente que va a ayudar a generar un diseño más eficaz en cuanto a las soluciones que existen en el mercado, y a las nuevas soluciones que se pueden generar en base a la información recolectada. Esta etapa sirve para comprender las necesidades de los usuarios, y al contexto en el que se encuentran, para poder generar mejores soluciones de diseño en base a lo observado.

Al quedarse solo con la información más importante que genera valor al proyecto, y pudiendo identificar los problemas y las soluciones que hacen el resultado final, se idean las múltiples opciones que pueden dar solución a la problemática encontrada. 

Para poder visualizar cual es la opción más óptima se realizan prototipos a partir de las ideas generadas, y de esta manera se pueden observar las fallas y mejorarlas antes del resultado final, para esto los prototipos se ponen a prueba para poder observarlos en profundidad.

Finalmente el resultado que se obtenga va a ser un producto terminado, que satisfaga las necesidades del usuario encontradas durante la investigación, y que de solución a la problemática encontrada.

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