En 1907, Peter Behrens, quien trabajaba para la AEG (compañía general de la electricidad), creó la primera identidad corporativa, es decir la imagen de la empresa. Al unificar un conjunto de elementos visuales y estilos de diseño que representaban la esencia de la misma. Esta identidad corporativa fue aplicada a todos los elementos, desde la marca, y publicidades, hasta la fachada del edificio.

El diseño corporativo de una empresa puede llegar a generar una imagen positiva o negativa de ésta en los clientes, generando distintas percepciones de la misma, según como se la gestione. 

Debido a este motivo es importante tener presente al diseño en todo tipo de comunicación (interna o externa), ya que va a ayudar a la empresa a mantener una imagen impecable y uniforme que genere confianza en los clientes.

Esto se logra desarrollando en profundidad el branding de la empresa, generando su identidad, en cuanto a su estilo particular, logo, slogan, colores, etc, y cuidando hasta el más mínimo aspecto que represente la marca, y que comunique la imagen de la empresa. 

Para facilitar una comunicación uniforme de la marca, en muchas ocasiones se realizan manuales normalizados de identidad corporativa de la marca, que reúnen todos los elementos que representan la misma, para poder generar siempre una imagen uniforme y normalizada.

Al general una imagen uniforme de la marca, cuidando todos los aspectos de la comunicación interna y externa de la misma, se va a generar confianza en el cliente, logrando su aceptación y que finalmente elija a la marca ante otras opciones presentes en el mercado. 

NEWSLETTER